El estudio de Kitty Kahane es un collage de objetos viejos y nuevos

Me mudé a este piso en 1995 y me enamoré de él de inmediato. Al principio, la distribución era diferente, con una serie de habitaciones más pequeñas. Pudimos encargarnos de la arquitectura interior nosotros mismos. Me encantan los grandes espacios y, además, los necesito para trabajar. Intentamos combinar cosas nuevas con cosas viejas. Yo ganaba bastante dinero y siempre estaba comprando muebles bonitos y de calidad, muchos de ellos vintage. Me encantan los objetos que cuentan historias. Como la mesita de té de mis padres, que tengo desde hace mucho tiempo. Su casa estaba amueblada con estos diseños Hellerau de los años cincuenta y sesenta.

Crecí en Alemania del Este. Al acabar la escuela fui a Meissen y aprendí el arte del torneado y el esmaltado de porcelana antes de estudiar diseño gráfico. Me gradué y fui madre en 1989, el año en el que cayó el muro de Berlín. Ese fue el comienzo de mi carrera. Estaba en el lugar adecuado (Berlín) en el momento adecuado. Trabajé como diseñadora de productos durante 20 años creando tejidos y después empecé a ilustrar libros. Para mí siempre fue muy importante que mis alfombras estuvieran hechas con honestidad y autenticidad, que tuvieran una historia que contar.
«No me gustan las cosas demasiado bonitas. Debe haber siempre imperfecciones y rupturas a la vista. Eso se aplica tanto a mi trabajo como a mi casa».
Kitty Kahane
Entre 2009 y 2016 viajé a 16 países, por ejemplo, Pakistán, India, Indonesia y Kazajstán, por nombrar algunos. Siempre me llevaba mi trabajo conmigo y siempre me traía algo a la vuelta de mis viajes. A veces simplemente un par de zapatos, una figurita o una pequeña matrioska. Puede que mi tetera dorada de China no sea un objeto valioso, pero me recuerda a las personas que conocí allí y los momentos que pasamos juntos.
Ahora me gusta mucho trabajar en casa. No podría trabajar en una oficina compartida; necesito mi propio ambiente. Me gusta usar el sofá como espacio para relajarme, desconectar y desarrollar ideas. Creo que es muy útil sentarse cómodamente en paz y tranquilidad cuando uno está trabajando. Al mismo tiempo, un espacio no debería ser demasiado perfecto, ni estar demasiado coordinado. Ser artista es una profesión solitaria. Soy una observadora. Mi tema principal son las personas y sus relaciones. La vida tiene altibajos. Esta mezcla de fuerza y energía, pero también dolor, sufrimiento y, por supuesto, humor, es mi forma de ver la vida.
Pasión por los detalles
Kitty Kahane pinta un juego de platos de porcelana con mucho pulso y hábiles trazos, creando pequeñas obras de arte que embellecerán cualquier mesa. Dedica el mismo cuidado y la misma atención a la hora de poner la mesa en su propia casa. Para sus invitados, pero también para ella misma. Tanto en su profesión como en este ritual diario se guía por una única constante: su pasión por los detalles.
Vista de conjunto de los productos